La competencia en el sector del automóvil cada vez es mayor y más numerosa. El caso es que forjar y mantener las cualidades que hacen diferente la gama de modelos de una marca no es tarea fácil. Por eso, mención especial merece Audi y su exitosa tracción total quattro, una tecnología que otorga a sus modelos sellados con esta denominación un extra de eficacia y seguridad que les hace rozar la perfección.
Hoy este tipo de sistemas, de una manera u otra, son muy populares en otras marcas de automóviles, algo impensable hace cuarenta años donde la gran mayoría de vehículos que ofrecían esta tecnología pertenecían al segmento de los todo terreno.
La historia comenzó en la fría península escandinava durante unas pruebas que Audi estaba desarrollando sobre la berlina 80 a la que se había acoplado la tracción a las cuatro ruedas utilizadas por el Volkswagen Iltis del ejercito alemán.
La extremas condiciones que otorga el norte de Europa son idóneas para descubrir hasta donde puede llegar cada vehículo. Y los ingenieros de la marca de los cuatro aros quedaron prendados del excepcional comportamiento de este prototipo con tracción a los dos ejes. Esto dio origen en 1977 al proyecto “Ur- quattro” o, lo que es lo mismo en alemán, “el primero de su especie”.
Unir lo mejor de dos mundos no sonaba nada mal, pero no iba a ser un trabajo fácil. Los primeros vehículos experimentales tenían ciertos problemas a la hora de trazar curvas cerradas sobre asfalto seco. El tamaño y el peso de una transmisión como la que se utilizaba en los vehículos todoterreno era un lastre con el que no se podía contar.
Fueron necesarios realizar varios cambios en el diseño de los ejes y diferenciales para lograr dejar atrás este tipo de inconvenientes y mostrar al mundo en 1980, con ocasión del Salón del Automóvil de Ginebra, el Audi quattro, el primer modelo prestacional con tracción total permanente.
Pero su único reclamo no solo fue su novedoso reparto de potencia a las cuatro ruedas. De igual modo, su diseño, heredado del Audi Coupé, o su motor de cinco cilindros y 200 CV, que incluso superó más adelante los 300 en la variante sport de la que solo se hicieron 214 unidades, le ayudaron a ser un referente y un sueño para los amantes del mundo del motor.
La filosofía con la que nació el Audi quatrro sentó las bases de incontables versiones deportivas posteriores con esta tecnología. En la actualidad, quattro es una de las denominaciones de origen más apreciadas dentro del mundo del automóvil.
La prueba es que desde su creación se han fabricado 10,5 millones de modelos con tracción quattro y en 2019 casi la mitad sus clientes se decantaron por una versión equipada con este sistema.
Source: Coches