Las manos de los ingenieros de Porsche siempre suman algo más de diez dedos, una cifra que podría resumir lo que nos ha parecido el Panamera Turbo E-Hybrid que protagoniza la prueba de esta semana.
Perteneciente a la tercera y última generación, esta berlina presenta un diseño de lo más personal, como no podía ser de otra forma en este fabricante, y en los 5,05 metros que mide de longitud su carrocería se advierten enseguida unas equilibradas proporciones para no pasar desapercibido entre el tráfico.
Con llantas de hasta 21 pulgadas, la versión Turbo E-Hybrid recurre a un imponente V8 de 4 litros de cilindrada combinado con un nuevo motor eléctrico de 190 caballos (asistido por una batería de 25,9 kW) y poner sobre el asfalto un total de 680 caballos que dejan a las claras sus intenciones.
Un aspecto que nos ha llamado poderosamente la atención son los consumos. Con suficiente carga en la batería, eso es fundamental, estos sorprenden por su equilibrio si tenemos en cuenta el empaque de la mecánica en cuestión. Decir en este sentido que el cien por cien, con el cargador de corriente alterna de 11 kW que incluye, lo podemos conseguir en menos de 3 horas.
Sin apenas rivales, salvo el Mercedes AMG E 53 Hybrid, el colofón a esta espectacular asociación la pone el eficaz cambio PDK de doble embrague de 8 relaciones que incluye la ya mencionada unidad eléctrica.
Como un hiperdeportivo
Con un expresivo 0 a 100 km/h de 3,2 segundos, otro dato que insiste en su poderío prestacional, el desparpajo de esta versión es espectacular. No faltan varios modos de conducción (seleccionables a través de la pequeña y práctica ruleta que encontramos en el volante) con los denominados Sport y Sport Plus preparados para ofrecernos todo un carrusel de sensaciones y potencia que se puede acrecentar si activamos el sonido deportivo de los dos dobles tubos de escape.
Su forma de ganar vueltas es simplemente impresionante al igual que la forma que tiene de trasladar estos casi 700 caballos al asfalto sin despeinarse.
Pero todavía hay más, pues si incluimos la suspensión Porsche Active Ride (opcional por 8.000 euros y que cuenta con bombas hidráulicas que se accionan eléctricamente para cada amortiguador) el conjunto es imbatible.
Lo es en velocidad de paso por curva, por su elevado rendimiento, y unas reacciones (siempre se mantiene plano) que no parecen coincidir con las de un coche que está por encima de las dos toneladas de peso.
Si a esto le añadimos un potente equipo de frenos, al que el sistema de hibridación no le molesta en absoluto en cuanto al tacto del pedal se refiere, y un alerón específico, que se despliega a nuestro antojo incluso por los lados, la nota obtenida no puede ser menos que la de un sobresaliente alto.
Casi 200.000 euros
Como cabría esperar, de puertas hacía dentro este modelo igualmente convence por todo, ya sea por su gran calidad de acabados, por su diseño o por un equipamiento que no admite peros.
Las tres pantallas digitales (incluida la opcional para el pasajero que el conductor por seguridad no puede ver) el botón de arranque, a la izquierda como no podía ser de otra forma, la presencia de mandos físicos para la climatización, el potente cargador inalámbrico o las más variadas funciones de entretenimiento y control de los sistemas del coche elevan el tono hasta límites insospechados.
En el caso del Turbo probado hay que señalar, además, detalles de estilo específicos como los logos de la marca en mate, perfiles metalizados o los respaldos de los asientos tan deportivos que monta con la inscripción Turbo en la parte superior.
Como cabría esperar, el precio al que se vende esta versión tan especial del Panamera corre paralela a su soberbia tecnología y elevadas prestaciones. Hablamos de 198.000 euros que no están al alcance de todos los bolsillos, claro que no lo están, pero que no podrían ser menos si tenemos en cuenta lo mucho y bueno que ofrece este modelo tan exclusivo y prestacional.
Source: Coches