Comprar un coche nuevo puede suponer un desembolso que no todos los compradores están dispuestos a asumir. Así, es bastante habitual recurrir al mercado de segunda mano y encontrar modelos que, por un precio más ajustado, pueden funcionar perfectamente y satisfacer las necesidades de movilidad.
Pero, también pueden dar problemas. De hecho, las asociaciones de consumidores, tanto la OCU como las regionales, atienden bastantes quejas y reclamaciones a este respecto. Y es que comprar un coche de segunda mano puede conllevar una serie de riesgos que no se han tenido en cuenta y que pueden estropear la adquisición.
El primero, obviamente, se refiere al precio. ¿Cómo saber que lo que estás pagando merece esa cantidad? Es importante consultar en internet otros modelos similares, para ver cómo están tasados. Si conoces a alguien que entienda de motor y de coches, pregúntale.
El segundo problema, sin embargo, puede traer más quebraderos de cabeza. Y está relacionado con el mantenimiento del coche. Si el antiguo propietario no puede enseñarte el historial de mantenimiento, empieza a desconfiar.
Y es que, según la asociación de consumidores de Navarra, cada vez llegan más compradores alegando que, a las pocas semanas de adquirir un vehículo de segunda mano, este ha comenzado a presentar desperfectos y averías que, a veces, requieren costosas reparaciones.
Correr este riesgo se complica más si el acuerdo de compraventa ha sido entre particulares, ya que habrá que recurrir al Código Civil del territorio en el que se firmó para conocer las garantías del mismo.
Esto puede suponer que, aunque el vendedor entregara el vehículo con desperfectos, después no se haga cargo de su coste. Así, lo mejor será solicitar un informe técnico realizado por un profesional independiente que asegure el perfecto estado del coche.
Source: Coches