La llegada del 2022 ha traído consigo grandes cambios, también en el ámbito de la movilidad y el sector automovilístico. Algunas áreas de tráfico restringido, como Madrid 360, extienden sus restricciones; el impuesto de matriculación se modifica y afectará al precio de venta de los coches nuevos y las pruebas de la ITV se adaptan a las nuevas tecnologías, comprobando el funcionamiento y el estado de los algunos sistemas ADAS que la UE ha hecho obligatorios en este 2022 para todos los coches de nueva fabricación.
De igual manera, ha entrado en vigor el nuevo Real Decreto-Ley 7/2021 que, en vistas a garantizar los derechos de los consumidores, repercute sobre las condiciones de venta de nuevos vehículos. A partir de ahora, todos los coches nuevos que se adquieran en 2022 contarán con tres años de garantía en vez de los dos años que se calculaban hasta este momento. En el caso de los coches de segunda mano, la garantía aumenta hasta los dos años a no ser que quede reflejado en el contrato de manera detallada que se reduce a solo uno, además de introducir otras especificaciones.
El comprador y propietario del coche podrá disfrutar de este plazo de garantía siempre que haya llevado al día las revisiones marcadas por el fabricante, aunque no hace falta que estas se realicen en un taller oficial, basta con que estén documentadas.
El periodo que, por reparaciones a causa de un fallo en el vehículo, el coche tenga que estar en el taller se sumará a la garantía existente. Esto quiere decir que, por ejemplo, si por un fallo que corre a cargo del vendedor el coche tiene que estar dos semanas en el taller, la garantía final de la que disfrutará el comprador será de tres años y dos semanas.
Diez años de repuestos garantizados
Otra novedad que incluye este Real Decreto-Ley es que los fabricantes tendrán que asegurar repuestos originales para los vehículos que necesiten reparaciones amparadas por la garantía durante al menos diez años desde que ese modelo de vehículo deje de fabricarse. Hasta ahora, este periodo era de mínimo cinco años. Igualmente, los fabricantes deberán proveer un servicio técnico de calidad desde la fecha de fin de producción.
Por otro lado, la carga de prueba que corresponde al vendedor (es decir, la demostración de que un fallo del coche ha sido fruto de una mala conducción y no un defecto de fabricación) aumenta a dos años y el plazo para comprobar que una reparación bajo garantía es correcta aumenta de medio año a un año completo.
Source: Coches