¿Qué define a un campeón olímpico? ¿qué marca la diferencia a la hora de subir al podio? Lo saben bien el piragüista Saúl Craviotto, medalla de oro en Pequín 2008, plata en Londres 2012, oro y bronce en Río de Janeiro 2016 y plata en las últimas Olimpiadas, y Melvyn Richardson, oro en balonmano en los recientes Juegos de Tokio.
“El sueño de cualquier deportista es participar en los Juegos Olímpicos; los de Tokio fueron una experiencia mágica”, asegura Richardson. Los dos embajadores de la marca hablan de los valores que marcan su día a día para llegar aún más lejos y también de lo que esperan al ponerse al volante de un coche como el Formentor VZ5.
“Del primero al último en una final olímpica hay solo unas décimas de segundo. La velocidad, en mi deporte, marca la diferencia entre tener éxito y no tenerlo”, mantiene Craviotto. “Es nuestro máximo objetivo, lograr ser más rápidos que el rival”.
Por eso, el piragüista español busca lo mismo en su coche y “el Formentor VZ5 responde a la perfección”. Este modelo acelera de 0 a 100 km/h en tan solo 4,2 segundos y puede alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h.
“En Tokio, fue la precisión la que nos dio la medalla de plata. Necesitábamos la máxima sincronización entre los cuatro piragüistas y lo conseguimos. ¡Fue la regata soñada!”, asegura Craviotto. “Es por eso por lo que siempre entrenamos esa ejecución rigurosa. Un pequeño fallo en la salida, una mala entrada de palada, puede hacerte quedar fuera de una final”.
Source: Coches