Hace unas semanas, el Rey Felipe VI visitó la fábrica de Stellantis en Vigo, unas instalaciones ejemplares que empezaron a escribir su historia en 1958 y que, desde entonces hasta hoy, constituyen un auténtico pulmón industrial para la región y para nuestro país.
Actualmente, la superficie de la planta es superior a los 650.000 metros cuadrados y se ha ido actualizando con las tecnologías más modernas, añadiendo hace pocas fechas un taller específico de baterías para coches eléctricos de 5.600 metros cuadrados, con capacidad para producir 450 unidades diarias en tres turnos.
En total, Vigo da trabajo a 7.000 personas, y la capacidad de producción es de 600.000 vehículos anuales (pandemia y crisis de semiconductores aparte, claro). Entre otros modelos, allí se fabrican dos de los más exitosos de Stellantis a día de hoy, el Peugeot 2008 y el Citroën Berlingo.
Precisamente, el la furgoneta de la marca del doble chevrón está de actualidad porque en julio entró en la línea de producción viguesa, para distribuirla a más de cien países, la versión eléctrica ë-Berlingo, la misma que Felipe VI tuvo ocasión de probar durante su visita y que le sorprendió por su conducción, tecnología y, sobre todo, por su silencioso rodar.
Unas semanas después de que lo hiciera el monarca, Citroën nos ha dado la oportunidad de visitar la planta de Stellantis en Vigo y ponernos al volante del Citroën e-Berlingo, tanto de la variante familiar como de la profesional.
La tercera y actual generación del Berlingo, la provista de motores térmicos, vio la luz en verano de 2018, y de la fábrica gallega han salido ya casi 300.000 unidades (y más de tres millones desde que se lanzó en 1996). La versión eléctrica empezó a producirse en julio del presente año, pero solo han salido de la planta un millar a causa de la dichosa crisis de los semiconductores.
La furgoneta compacta de Citroën, de etiqueta Cero de la DGT, se comercializa con dos tipos de carrocería, una de uso familiar denominada ë-Berlingo, y otra para uso profesional, que recibe el “apellido” Van, para el transporte de objetos y mercancías. Además, cada una está disponible con dos tamaños: M (de 4,40 metros de longitud) y XL (de 4,75 metros).
Tienen en común, como es lógico, el motor eléctrico de 100 kW (136 caballos) y una batería de iones de litio de 50 kWh de capacidad ubicada bajo el piso, lo que no resta espacio de carga y dota al conjunto de una autonomía entre 275 y 280 km. El lapso de recuperación de energía en un punto de carga de 7,4 kW monofásico –el de instalación más habitual– es de 7 horas y media, pero en poste rápido tarda solo 30 minutos en cargarse de 0 hasta el 80%.
Conducir el Citroën ë-Berlingo o el Van sin ruido o vibraciones de ningún tipo es sumamente agradable. En todo momento se tiene sensación de ir en un turismo y no en una furgoneta aunque el volumen, peso y altura están ahí. Lo que queremos transmitir es que su conducción es fácil, el par inmediato asegura una óptima respuesta y solo hay que tener claro cuál de los tres perfiles de conducción disponibles es el adecuado para cada momento, ya que el Eco limita a 60 kW la potencia del motor, el Normal sube a 80 kW y el Power permite aprovechar los 100 kW. Las diferencias están bastante marcadas. En todos los casos, la velocidad máxima está limitada a 135 km/h.
El cambio es automático, por supuesto, y tiene una posición “B” para forzar un mayor aprovechamiento de las deceleraciones y frenadas. Al conducir esto se traduce en una mayor retención al quitar el pie del acelerador, lo que hace que se use menos el freno.
El puesto de conducción del ë-Berlingo en cada variante solo cambia en función del nivel de equipamiento, y por tanto puede contar con cuadro digital o sistema multimedia para controlar el funcionamiento del motor eléctrico y sacar jugo a los recursos de infoentretenimiento.
El ë-Berlingo se caracteriza por la disposición de los asientos individuales, que son plenamente modulables. La variante M tiene un maletero de 775 litros y la XL de 1.050, aunque esta puede configurarse también con siete plazas. Por su parte, el Van tiene un volumen de carga diáfano que oscila entre los 3,3 (carrocería M) y los 4,4 metros cúbicos (XL), y puede llevar objetos de hasta 3,44 metros de largo (XL). La carga útil en los dos casos es de 800 kg.
Las líneas de equipamiento del ë-Berlingo son tres: Live Pack, Feel Pack y Shine, y las del Van son dos, Control y Club. Son distintas dado el uso de cada carrocería, pero lo más importante es que pueden integrar hasta 19 ayudas a la conducción. Otros elementos destacables del furgón eléctrico francés es que pueden equipar Head-Up display o retrovisor eléctrico Surround Rear Vision, elemento este que hemos comprobado indispensable en las versiones profesionales, que no tienen cristal ni visibilidad atrás.
Asimismo, a través de los servicios conectados y la aplicación MyCitroën se puede consultar el estado de la batería y la autonomía, programar las horas de carga, activar la climatización mientras el coche está enchufado en casa o en el trabajo y localizar puntos de carga a través de Free2Move.
En cuanto a los precios, el ë-Berlingo está a la venta desde 30.684 euros (talla M Live Pack) con promoción y el Van arranca en los 28.584 (talla M Control) euros.
Source: Coches