La bajada de las temperaturas trae consigo consecuencias negativas para los vehículos a motor. El frío afecta a numerosos componentes de los coches y dificulta que sus propietarios puedan, por ejemplo, arrancarlos por la mañana. Esto se debe, principalmente, a la sensibilidad de la batería ante los cambios de temperatura.
La batería de un coche sufre cuando los termómetros empiezan a acercarse a los cero grados. En esta situación, la reacción química de la batería se ralentiza y cae en picado su rendimiento, lo que puede retardar el arranque o, directamente, impedirlo. Este escenario empeora cuando la batería no está cargada al 100% o cuando se va acercando al final de su vida útil, por lo que es necesario llevarla siempre en buen estado si prevemos una fuerte bajada de las temperaturas.
Para prevenir incidentes por una batería descargada por el frío, los especialista de Feu Vert ofrecen los siguientes consejos en lo que al mantenimiento de la batería se refiere:
Por otro lado, desde Rodi recomiendan que el coche duerma, siempre que sea posible, bajo techo. Los coches que se aparcan en garajes cubiertos suelen presentar menos problemas y averías al estar al resguardo del frío. Si hay que dejarlo en la calle, habrá que buscar un lugar resguardado.
Hay otros elementos del coche que también pueden contribuir a la protección de la batería en invierno. El uso de un buen líquido refrigerante, que también es anticongelante, es muestra de ello. Igualmente, que el aceite del motor esté en buen estado ayudará al coche a arrancar con más soltura.
Por último y para evitar forzar la batería, hay que tener cierta paciencia al arrancar el vehículo y dejar que se vaya calentando gradualmente. No castigar el motor de arranque ayudará a alargar su vida útil.
Source: Coches