No ha empezado nada bien el año para la industria automovilística en España. Los efectos de la pandemia, la gran nevada de enero en algunos puntos del país y ahora la falta de componentes eléctricos. Todo en un contexto en el que las matriculaciones han caído un 50% en el primer mes del año.
El único “brote verde” de nuestra industria es la producción y exportación, y es justamente eso lo que se ve ahora afectado por la falta de microchips o semiconductores, un elemento crucial en los coches de hoy. Esto, por ejemplo, ha obligado a que Renault tenga que programar paros en algunos turnos de las factorías de carrocería y montaje en Valladolid y en la de motores de Palencia durante las primeras dos semanas de marzo.
Este problema también afecta a las plantas de Stellantis, la compañía nacida de la fusión entre los Grupos PSA y FCA, que posee en Vigo y Figueruelas, que de hecho ya han tenido que parar algunos turnos durante el pasado fin de semana y no se descartan nuevos ajustes.
El problema no es exclusivo de España, sino que es de ámbito mundial, ya que la alta demanda de los microchips procedentes de Asia ha colapsado a los proveedores y también se ha tenido que detener la producción en algunas plantas de Alemania, Italia o Francia.
Ante esta situación, la Unión Europea se está planteando promover la producción de microchips en Europa y no depender tanto de Asia, sobre todo de Taiwán y Corea del Sur, que no solo tienen que responder a la demanda de microchips para los automóviles, sino a las ingentes cantidades de dispositivos electrónicos que se comercializan actualmente.
Source: Coches