La estrategia de Renault para los próximos años es ambiciosa, pero también tiene en cuenta el contexto actual y va implementarse de forma progresiva. Así, se ha planteado en tres fases. La primera, de aquí a 2023, se va a centrar en la recuperación y consolidación económica, que irá en paralelo de la renovación y enriquecimiento de la gama de productos a lanzar hasta 2025. En la segunda mitad de la década, la estrategia se sustentará en una nueva concepción de la movilidad centrada en las últimas tecnologías.
Para recuperar la competitividad, el Grupo Renault pondrá el foco en la reducción de costes y en maximizar la eficiencia –con los ajustes que ello conlleva y que no se han detallado–, para lo que se apoyará en las sinergias con Nissan y Mitsubishi, miembros de la alianza empresarial, y en cuatro unidades de negocio diferenciadas, las de cada una de las marcas del grupo francés: Renault, Dacia (junto a Lada), Alpine y Mobilize, una nueva entidad basada en el negocio de la movilidad y la energía.
A partir de ahora, Grupo Renault ya no medirá su rendimiento a través de la participación de cuotas de mercados y ventas, sino a través de la rentabilidad, la generación de liquidez y la eficiencia de las inversiones.
El máximo responsable del Grupo Renault, Luca de Meo, habla de un nuevo modelo de negocio basado en la eficiencia: “Pasaremos de ser una empresa automovilística que utiliza tecnología a ser una empresa de tecnología que utiliza automóviles, donde al menos el 20% de los ingresos provendrán de servicios de datos y comercio de energía para 2030”. De aquí a 2025, el Grupo Renault tiene previsto realizar nada menos que 24 lanzamientos, diez de los cuales serán vehículos eléctricos.
Con todo, en este contexto parece que España será importante. Nuestro país cuenta con plantas en Palencia, Sevilla y Valladolid, y la nueva estrategia del Grupo permite ser optimistas de cara al futuro, ya que varios de los modelos a lanzar necesitan de nuestra infraestructura. Eso sí, todo depende de la “competitividad que sean capaces de negociar en España”, según ha dicho De Meo.
Dentro de la estrategia, como marca principal Renault aglutinará el mayor número de lanzamientos. Durante los próximos cuatro años verán la luz 14 vehículos, la mitad de los cuales serán eléctricos y el resto del segmento C y D, también con versiones híbridas. Uno de estos modelos, de momento mostrado como prototipo, será la nueva interpretación del Renault 5.
Otras novedades vendrán de la mano de los servicios de conectividad en sus productos, para lo que contará nada menos que con Google y su tecnología, e implementará soluciones de inteligencia artificial y ciberseguridad. La tecnología E-Tech, por su parte, seguirá siendo la apuesta dentro de los vehículos electrificados y se desarrollarán dos nuevas plataformas, CMF-EV y CMF-B EV.
En esta nueva fase, Alpine será una marca sumamente importante. Por un lado, porque asume las actividades deportivas al completo, tanto las de la Fórmula 1 como de Renault Sport, y por otro porque se encargará del desarrollo de los vehículos deportivos de la marca como hasta ahora venía haciendo Renault Sport Cars. También se ha anunciado que todos sus productos serán cien por cien eléctricos. Así, se prevé el lanzamiento con esta tecnología de un compacto, un crossover y el sustituto del actual A110, para lo que además contará con la colaboración de Lotus.
La marca de origen rumano se une a la de origen ruso, Lada, para seguir ofreciendo coches fiables y asequibles aprovechando la enorme capacidad tecnológica y de producción del Grupo Renault. Se crea con ambas marcas una nueva unidad de negocio para llegar a más mercados. Sus nuevos productos se basarán en la plataforma CMF-B, y además de los nuevos Logan y Spring (eléctrico) que verán la luz este año junto al ya presentado Sandero, de aquí a 2025 habrá tres lanzamientos, entre ellos el que presumiblemente será sustituto del Duster y que se basa en el prototipo Bigster cuya imagen acompaña a este texto.
Source: Coches