Una ola de frío no es el mejor escenario para dejar dormir el coche a la intemperie, aunque tampoco en un garaje, ya que el vehículo puede sufrir igual las consecuencias de las bajas temperaturas. Cuando el termómetro empieza a marcar por debajo de los cero grados, la mecánica del automóvil sufre y es más reticente a arrancar y ponerse en marcha.
Y es que conforme bajan las temperaturas aumenta el número de componentes que pueden congelarse o ver afectado su funcionamiento. Los cristales pueden verse cubiertos de hielo, los neumáticos pueden perder propiedades y la batería suele tardar en arrancar. Incluso, en condiciones extremas, los bombines de las cerraduras pueden amanecer congelados.
Por eso es importante, durante estos días de frío extremo, poner en práctica una suerte de ritual para arrancar el coche cada mañana que permita arrancarlo sin problemas, con suavidad, y sin forzar la mecánica. Si no se deja que el coche entre en calor antes de empezar a andar el camino, probablemente se acelerará su desgaste y se acortará la vida del vehículo.
Desde la empresa de seguros Mapfre dan tres claves para encender correctamente el coche después de una noche de frío intenso:
Source: Coches
