La adquisición de un vehículo siempre lleva gastos añadidos, como el mantenimiento obligatorio, las revisiones y las sustituciones de piezas. Es cierto que las motocicletas son algo más económicas de mantener que los turismos, pero en el sector de lo eléctrico su precio se abarata incluso más.
Si ya de por sí los coches eléctricos necesitan menos mantenimiento mecánico que los de combustible fósil, en el caso de las motocicletas este es casi inexistente, a excepción de cuatro aspectos que están relacionados con la limpieza y la carcasa de la moto.
¿Por qué las motos eléctricas apenas necesitan mantenimiento? Pues porque al no tener un motor de combustible fósil, no requieren cambios de aceite o de filtros y, además, las reparaciones suelen ser mucho más limpias al no haber presencia de líquidos como el carburante.
Tampoco es necesario revisarlas anualmente. Basta con atender a que los neumáticos y los frenos estén en buen estado y sustituirlos periódicamente cuando sea necesario. Igualmente, en la ITV no será necesaria la inspección de ruidos o emisiones, por lo que su coste será menor.
Hay cuatro elementos a revisar en una moto eléctrica: la limpieza, los frenos, la suspensión y las cubiertas. Que el vehículo esté limpio es imprescindible para su correcto funcionamiento y puede llegar a evitar incluso multas (circular, por ejemplo, con la matricula sucia es motivo de sanción).
Estos cuatro aspectos son económicos de mantener y revisar, pero en el caso de los frenos y la suspensión se recomienda acudir al taller una vez al año para asegurarse de que todas las piezas están en perfecto estado.
Los neumáticos se excluyen de la lista de revisiones ya que todos los vehículos, eléctricos o no, necesitan unas buenas ruedas para que la conducción sea segura. Cuando se vean deformados o el dibujo no presente una profundidad mínima, será necesario cambiarlos.
Source: Coches