La tecnología llegó al mundo de la automoción para hacernos la vida más fácil y cómoda. Mejores sistemas de infoentretenimiento, llaves inteligentes, conexión con nuestros smartphones (cómo no) y, sobre todo, más seguridad y control en la conducción.
Pero no todo lo que es oro reluce. Los modernos avances tecnológicos también comportan sus peligros, aunque hay remedios caseros para ponerles freno. Aunque parece un mito urbano, una de estas soluciones es envolver las llaves del coche en papel de aluminio pero, ¿por qué?
Desde hace ya unos años, los nuevos modelos de coche incorporan llaves que abren el vehículo a distancia, que cada vez son más modernas. Las actuales smart keys son muy prácticas pero pueden ser fácilmente hackeadas.
Estas llaves a distancia emiten constantemente ondas electromagnéticas que están en contacto con nuestro vehículo. Cada llave emite una onda determinada que abre el coche cuando su sistema la reconoce.
Este sistema de apertura corre peligro de ser hackeado con un proceso bastante más sencillo de lo que pueda parecer. Basta con comprar una llave original del modelo de nuestro coche y replicar las ondas que reconoce nuestro vehículo. Con un amplificador y un poco de paciencia, ¡listo!. Cualquiera podría acceder al automóvil y llevárselo tener que forzarlo.
¿Cuál es el rol del papel de aluminio en todo esto? Básicamente, forrar las llaves del coche con este material sería como colocarles un escudo protector, ya que las propiedades del aluminio bloquean las ondas electromagnéticas de la llave.
Ahora bien, esta práctica presenta dos problemas. El primero es que nunca es 100% fiable y, el segundo, es que se puede estropear el sistema de ondas y dejar inutilizada nuestra propia llave.
Hay otros sistemas que permiten proteger nuestras llaves de ataques, como las cajas Faraday. Las ondas que emiten los microondas y los congeladores también pueden evitar los hackeos así que, quién sabe, ¡quizás deberían ser el nuevo lugar de la casa donde guardar las llaves del coche!.
Source: Coches