La visión es uno de los cinco sentidos que más se implica en la conducción. Y es que el 90% de la información que se recibe al volante se percibe por los ojos, por lo que es muy importante cuidar este aspecto cuando se emprende un viaje en carretera.
Pero, además de acudir asiduamente a las revisiones necesarias de la vista, hay veces que nuestros ojos necesitan que les echen una mano para mantener todas sus funciones al volante impecables contra agentes externos, como el polvo o la luz.
Ahora que ya ha llegado el verano, el sol y la luz fuerte se pueden convertir en una verdadera tortura al volante, ya que los destellos o viajar con el sol de frente reducen la visibilidad. Parra luchar contra ello, es tan sencillo como tener unas buenas gafas de sol.
¿Sirve cualquier tipo de gafa? La respuesta es un rotundo no. Lo primero que hay que mirar es que los cristales estén homologados y sean de buena calidad, ya que en el caso contrario podríamos sufrir lesiones en los ojos. Lo segundo, es apostar por unas lentes polarizadas.
La mayoría de ópticas recomiendan apostar por las gafas polarizadas ya que protegen los ojos de los rayos del sol, sean los primeros de la mañana o los del atardecer, incluyendo la potente luz del mediodía.
Sin embargo, no todas las gafas de este tipo sirven. Se dividen en diferentes categorías, según el grado de oscuridad del cristal, y para conducir solo se recomienda usar las de la 1, 2 y 3. La categoría 4 es para deportes de nieve y están prohibidas al volante.
Las de categoría 1 dejan pasar el 80% de la luz y solo se aconseja su uso en días nublados, mientras que el resto solo permiten pasar entre un 10 y un 20% de los rayos. Por lo que son mucho más efectivas para evitar deslumbramientos o que el ojo se canse.
Otra ventaja de usar este tipo de lentes es evitar deslumbramientos al volante, por lo que la conducción es más segura que si no se utilizaran gafas. Además, este tipo de cristales también están disponibles en versión graduada, por si se sufre algún problema de visión.
Source: Coches
