Dom. Nov 10th, 2024

La vuelta a la normalidad que trae consigo siempre también implica volver a todas esas cosas de la rutina que no nos gustan. Atascos y tráfico lento en las horas punta para ir y volver del trabajo son uno de los fenómenos que más sufren los conductores con la llegada de septiembre, ya que durante los meses de verano las ciudades tienden a vaciarse y a ser más transitables.

Los atascos nos hacen perder nuestro tiempo y nuestra paciencia, pero no solo eso. También pueden provocarnos grandes desembolsos de dinero no previstos al ser causa de averías en ciertos elementos del vehículo. Obviamente, sin contar con el gasto en combustible. Los coches consumen más carburante cuando se conducen por ciudad y, durante los atascos en los que mantenemos el motor al ralentí, el gasto de gasolina o de diésel puede llegar a ser de medio litro a la hora.

Los elementos mecánicos del coche que más sufren en los atascos son los que están involucrados con el arranque y la frenada del vehículo. Así pues, los frenos, la batería y el sistema de arranque, el embrague y la caja de cambios y la refrigeración son algunas de las partes que más se pueden ir averiando si están sometidas a atascos.

Averías del embrague y la caja de cambios en un atasco

Tal y como explica Toyota, en un atasco podemos llevar a embragar y desembragar hasta 1.000 veces más que en un recorrido fluido por autovía. Este sobreesfuerzo puede provocar que la caja de cambios y el embrague se rompan y repararlos puede llegar a costar hasta 8.000 euros, dependiendo de la gravedad.

Para evitar averías y un desgaste prematuro del embrague, Ro-Des recomienda no arrancar con acelerones, mantener las 1.200 y 1.3000 rpm del motor y evitar estar parado con la primera velocidad engranada. Cuando no avancemos hay que poner siempre punto muerto y pisar a fondo el embrague para meter la marcha.

Los frenos también sufren en los atascos

Acelerar y frenar repetidas veces aumenta inevitablemente el desgaste de las pastillas y los discos de freno hasta en un 40%. Si no respetamos la distancia de seguridad y esperamos al último momento para frenar, los frenos se resistirán y se averiarán antes.

Hay que evitar mantener el pedal freno pisado durante mucho rato para evitar que todo el conjunto, desde pastillas hasta el líquido, se estropeen antes de tiempo. Cambiar las pastillas de freno puede costar hasta 120 euros, algo que puede alcanzar los 400 euros por pareja si cambiamos también los discos.

La batería también se gasta

Durante el tiempo que estamos parados en un atasco con el motor encendido la batería se gasta, pero no se recarga. Puede ser incluso, si no está en buen estado o con la carga necesaria, que se quede totalmente descarga durante el atasco. Además, en estos casos, el motor de arranque tendrá que hacer un mayor esfuerzo y sufrirá más.

Para evitar que la batería se gasta habrá que desconectar los sistemas que no sean necesarios. Cambiar la batería del coche es una reparación económica, pero el motor de arranque nos puede llegar a costar hasta 400 euros.

Filtro del aire y sistema de refrigeración

Los motores se sobrecalientan en los atascos, ya que el estar el coche en marcha, pero en parado el aire no circula correctamente. Lo más importante es asegurarse de llevar siempre en condiciones el termostato, el radiador y otros elementos relacionados con el mantenimiento de la temperatura del vehículo. Las averías por sobrecalentamiento del motor pueden costar hasta 1.500 euros en reparaciones.

El filtro del aire también puede sufrir un sobreesfuerzo y acumular suciedad en exceso por la misma razón, ya que al no estar el coche en circulación el aire que llega no es limpio. Cambiarlo es muy barato y se recomienda hacerlo cada año o cada 15.000 kilómetros.


Source: Coches

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por admin