Las bromas al volante tienen consecuencias, tanto sobre la seguridad vial como sobre nuestro bolsillo, ya que pueden conllevar el pago de multas de tráfico que sobrepasen hasta los 2.000 euros. Para evitar problemas tanto de un tipo como de otro, lo mejor es dejar el humor de lado cuando conducimos y centrarnos en la carretera y en las normas de tráfico.
Una gracia relativamente extendida entre los padres es la de colocar a sus hijos al volante e incluso llegar a enseñarles a conducir o dejarles manejar el coche. Un gesto que parece inofensivo pero que puede acarrear numerosos problemas y poner a los ocupantes del coche o al resto de conductores en peligro.
Si el coche está parado y apagado y nuestro hijo o hija se sienta en el asiento del conductor, no habrá a priori ningún problema, precisamente porque el coche se encuentra estacionado. Sin embargo, si el coche está en marcha y dejamos a nuestro hijo menor de edad que se ponga al volante, la historia cambia bastante.
Dejar conducir a un menor es un delito penal
Dejar conducir a un menor, ponerlo al volante o cualquier gesto similar mientras el coche está en marcha es un delito contra la seguridad vial. Ojo, destacamos la palabra delito, ya que no es una mera infracción grave de las normas de tráfico. Se considera que esta ‘broma’ pone en serio riesgo la seguridad vial y, además, en el artículo 384 del Código Penal se castiga específicamente la conducción sin la licencia pertinente o sin haber obtenido nunca una, lo que sería el caso de poner a nuestros hijos menores al volante.
La pena asociada a este delito es entre uno y dos años de multa (estas se calculan de manera distinta a las multas asociadas con infracciones de tráfico) o con trabajos para la comunidad a quien conduce sin haber obtenido nunca una licencia.
Un padre es condenado con 2.160 euros de multa
La multa puede superar los 2.000 euros. En concreto, en el último caso se condenó a un padre que colocó a su hijo de 8 años al volante de un coche, dejándole conducir y ayudándole a ello, al pago de una multa de 2.160 euros. En el caso de no pagarla, se arriesgaría a cumplir 180 días de arresto.
En la sentencia condenatoria, se destaca la irresponsabilidad del padre y, por otro lado, la «responsabilidad penal absoluta» del mismo, que además dejó al hijo solo dentro del coche para grabarle y subirlo y las redes sociales.
Los jueces distinguen este escenario de la posibilidad de que el hijo hubiera sustraído las llaves al padre, subiendo al coche sin su conocimiento, lo que no incurriría en delito. En este caso, se considera que la participación del padre en la comisión del delito ha sido activa, lo que le hace responsable penalmente hablando.
Source: Coches