Los ciudadanos y residentes de la capital de Francia no quieren patinetes eléctricos de uso compartido en sus calles, así que a principios de este mes votaron en contra de que estos servicios de VMP compartidos pudieran ocupar las calles de París. Es cierto que este tipo de vehículos eléctricos y justo en esta modalidad suele acarrear algunos inconvenientes, como que acaban aparcados en cualquier lugar entorpeciendo el paso de los peatones o que acaban siendo peligrosos ya que sus usuarios los utilizan de manera inadecuada.
La retirada de los patinetes eléctricos compartidos en París despertó sospechas sobre si esta decisión podría llegar a extenderse al resto de Europa. ¿Es una opción que podría aplicarse en España, por ejemplo? «Yo creo que no», sentencia Germán Agulló, CEO y cofundador de GDV MOBILITY.
Añade Agulló que, en el caso de que se llegaran a retirar, la medida no haría más que fomentar aún más el desorden con respecto a los patinetes, «ya que el 100% de estos serían de uso privado y no contarían con tanta tecnología para regularse como tienen los de servicios de sharing», justifica. Es verdad que este tipo de empresas aplica medidas para evitar que los usuarios cojan los patinetes habiendo bebido u otras infracciones similares.
Las empresas de sharing reducen las infracciones
«Aunque parezca que no, estas compañías de las que muchos usuarios de patinetes son clientes, están fomentando el buen uso de los VMP», sigue Agulló. Una prueba de ello que este CEO pone de ejemplo es la última licitación realizada en Madrid, con la que los operadores se comprometían a formar a parte de la población; o también el hecho de que muchos VMP limiten por software la circulación por la acera. Quitar este tipo de compañías impediría controlar el mal uso de los patinetes particulares de este modo.
«Volveríamos a ver a gente por la M30 con patinete como ya se ha visto», apunta Agulló. Algunas de las consecuencias de retirar los patinetes eléctricos compartidos según este CEO serían el aumento del «uso del patinete por las aceras, los patinetes estarían casi todos trucados y correrían mucho más; no se controlarían las zonas de acceso con patinete o por dónde ir, algo que sí se hace a día de hoy con la tecnología del sharing».
Más allá de este tipo de control de infracciones, Agulló vaticina que retirar los patinetes eléctricos compartidos en una ciudad como Madrid supondría «volver a la casilla de salida», porque aumentaría de nuevo el uso de los taxis y servicios similares. «Tenemos que tener en cuenta que son más de 20.000 viajes los que se hacen en VMP, de los cuales el 60% son de gente que lo usa puntualmente, es decir que es un uso sustituye a los taxis y otros medios que contaminan mucho más», completa.
Solo votó en contra «un 8% de la población parisina»
¿Tendrá, entonces, alguna consecuencia esta decisión en París con respecto al resto de países de la Unión Europea? «Yo creo que no, ya que es ir en contra del desarrollo de la movilidad sostenible». Agulló aprovecha para recordar las circunstancias en las que se produjo la votación de veto a los patinetes eléctricos en París: «en el referéndum que se hizo en París apenas hubo un 9% de la población que votó y fue de este 9% que el 90% dijo que se retiraran los patinetes». Es decir, fue aproximadamente un 8% de la población parisina la que realmente se negó a los patinetes.
«Estamos obviando la intención del resto de la gente», sentencia Agulló, a la que no es que los patinetes les generen rechazo, es que no les interesan lo suficiente. «Eso es lo que acabó significando esa baja tasa de voto», continua antes de señalar que queda «aún queda mucho camino para integrar al 100% este tipo de vehículos, pesan más los efectos positivos que tenemos».
Source: Coches