Con el aumento de las temperaturas, las precipitaciones y el inicio de la primavera comienza, también, la temporada de alergias. Como todos los años, hay que recordar que los efectos de las alergias pueden mermar las capacidades físicas y de reacción al volante y, por lo tanto, aumentar las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico.
Para evitar y reducir los riesgos de sufrir ataques de alergia o incluso de asma cuando vamos conduciendo, deberemos prestar atención al mantenimiento de ciertos elementos de nuestro vehículo, como los filtros y la limpieza general de habitáculo. Un mililitro de aire puede llegar a contener hasta 3.000 tipos de pólenes, un problema que se acentúa en primavera y que hace más imperativo aún cuidar de los filtros.
Desde la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automoción han publicado unas recomendaciones para minimizar las consecuencias de las alergias durante la conducción.
- Cuidado de los filtros. Llevar los filtros adecuados y en perfecto evita los síntomas de la alergia, ahorra combustible y cuida el sistema de aire acondicionado.
- Evitar la automedicación y consultar siempre al médico. Hay que tener en cuenta que muchos medicamentos empeoran las capacidades de conducción (somnolencia, por ejemplo), elevando el riesgo para uno mismo, para el resto de conductores y, además, pudiendo dar un falso positivo en drogas.
- Mantener subidas las ventanillas para evitar la entrada de polvo y polen del exterior.
- Utilizar siempre gafas de sol homologadas para la conducción, ya que protegen los ojos de los alérgenos.
- Limpiar con mayor frecuencia el vehículo.
- Informarse de los niveles de pólenes en la zona.
A estos consejos, el RACE añade usar los filtros HEPA para filtrar mejor el aire y evitar viajar al amanecer o al atardecer, ya que en estos momentos la concentración de polen es mayor.
Consecuencias de las alergias al volante
Uno de los efectos de sufrir alergia es estornudar. Por ejemplo, en una salva de estornudos durante cinco segundos, circulando a 90 kilómetros por hora, nos hará conducir más de un centenar de metros sin prestar la atención debida a la carretera. Otro efecto es el sueño: el 50% de los alérgicos sufre alteraciones del sueño y los que padecen rinitis alérgica sufren somnolencia diurna, lo que también interfiere en la seguridad al volante.
Para tratar las alergias se utilizan antihistamínicos. Desde hace algunos años incorporan en sus embalajes un pictograma que avisa de sus efectos sobre la conducción y en sus prospectos un apartado que explica los efectos, si los tienen. Los que utilizan como principio activo bilastina, ebastina, desloratadina, loratadina y terfenadina no producen efectos sobre la conducción y son, por ello, mejores para la seguridad al volante.
Source: Coches