Sáb. Nov 16th, 2024

Solo ha sido una copa. Yo controlo. Vivo aquí al lado. Nunca me ha pasado nada. Todos sabemos que no debemos beber alcohol antes de conducir, ya que los efectos de estas bebidas merman nuestras capacidades para ponernos a los mandos de un vehículo. Sin embargo, nos contamos todo tipo de mentiras y creamos justificaciones para, pese a haber bebido, coger el coche.

La nueva campaña que ha lanzado la DGT para advertir de los riesgos de conducir bajo los efectos del alcohol, aunque hayamos bebido poco, se centra en desmontar estas excusas. Además de haber publicado un spot publicitario, hay una web dedicada a desmentir cada una de las justificaciones que usan los conductores para sentirse seguros al volante.

La principal razón que ha llevado a la DGT a elegir este tema es que el alcohol está presente, ya sea como factor concurrente o como desencadenante, en 1 de cada 3 siniestros mortales de tráfico. En casi la mitad de los conductores fallecidos en carretera en 2021 se detectó la presencia de alcohol, drogas o psicofármacos. Además, 3 de cada 4 conductores fallecidos, cuya prueba dio positivo en alcohol, sufrían intoxicaciones muy severas (iguales o superiores a 1,2 g/L). La DGT recuerda que la única tasa de alcohol en sangre segura es la 0,0.

Una de las excusas que nos damos para coger el coche habiendo bebido es que vivimos cerca del lugar o que no va a haber controles de alcoholemia a esas horas. Primero, evitar una multa no significa que vayamos a evitar sufrir un accidente y, segundo, el alcohol merma nuestros reflejos y nuestra capacidad de reacción, por lo que igual nos da enfrentarnos a un trayecto de cinco minutos o de una hora.

«Han pasado dos horas» o «yo controlo»

Otra mentira es que, si han pasado más de dos horas, los efectos del alcohol ya no cuentan. La DGT recuerda que el hígado solo es capaz de metabolizar de 8 a 10 gramos de alcohol en sangre cada hora, por lo que nuestra alcoholemia al final del día puede ser mayor de lo que creemos.

Igualmente, la sensación de control que tengamos después de haber bebido es falsa. Y es que el alcohol produce una sensación de euforia que disminuye la percepción del riesgo, modifica el comportamiento y deteriora la función psicomotora, haciéndonos creer mucho más capaces de conducir de lo que somos en realidad.

Esta campaña llega en coincidencia con la Semana Santa, ya que se esperan más de 16 millones de desplazamientos por carretera. No obstante, es importante recordar cada día que, si tenemos que coger el coche, lo mejor es dejar el alcohol de lado y sustituirlo por bebidas no alcohólicas.


Source: Coches

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por admin