No son los únicos países, pero sí los más fuertes. Alemania e Italia han frenado, al menos temporalmente, la aprobación del acuerdo que prohibiría la venta de coches de combustión e híbridos a partir de 2035, una medida que una semana antes había sido acordada por la mayoría del Parlamento Europeo y cuya aprobación parecía mero trámite.
De momento no se ha fijado fecha para la aprobación definitiva, que necesita del mayor consenso posible por la propia dimensión de la medida. Alemania quiere que el acuerdo especifique el uso de alternativas como los combustibles sintéticos sin emisiones, derivados del hidrógeno, una solución que entre otras cosas daría validez a la tecnología e infraestructura actual sin necesidad de transformar toda la industria, aunque ese proceso ya ha empezado por parte de los fabricantes.
Italia también ha pedido tiempo, porque un cambio tan radical hacia el vehículo eléctrico puede provocar un aluvión de despidos en las fábricas, y Polonia y Bulgaria también han votado en contra de la medida.
España todavía no se ha pronunciado al respecto, aunque marcas productoras en nuestro país, como Ford, ha anunciado un ERE para el tercio de la plantilla en Almussafes (Valencia), primero por el proceso de reestructuración de la marca en Europa y segundo porque es necesaria menos mano de obra para los coches eléctricos. Y todo ello en una planta que tiene garantizado su futuro al ser una de las elegidas para fabricar coches eléctricos en el Viejo Continente.
Así las cosas, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha reunido en Berlín este pasado fin de semana con Olaf Sholz, el canciller alemán, para buscar consenso y que la industria tome a corto plazo el camino que deba tomar. De momento, solo ha trascendido que las reuniones han sido constructivas, pero no se han establecido plazos para la decisión definitiva.
«Examinamos las nuevas preocupaciones que han sido expresadas para ver cuál es el mejor modo de abordarlas», dijo días antes la portavoz del Ejecutivo comunitario Dana Spinant, añadiendo que la legislación a aprobar cuenta con una «cláusula de revisión» para evaluar el ritmo de consecución de los objetivos y posibles ajustes si hay avances tecnológicos que lo permitan.
Source: Coches