La descarbonización del transporte de mercancías es una de las claves en la reducción de emisiones contaminantes procedentes del total de los vehículos a motor que ruedan por las carreteras a diario. Las opciones de motores eléctricos, de hidrógeno o de gas licuado intentan, todas ellas, cumplir este objetivo.
Ahora, hay una nueva opción en el mercado desarrollada por Amogy Inc., una empresa que quiere revolucionar el mundo del transporte de mercancías usando el amoníaco. Esta empresa pionera ha desarrollado una cabeza tractora impulsada 100% por este material que, después de haber superado la primera prueba práctica con éxito, se prevé que sea una gran revolución en el sector del transporte por carretera.
La base de todo este proyecto es desarrollar la tecnología necesaria para convertir el amoníaco en energía. En este caso, en 300 kW que son los que necesita esta cabeza tractora para arrancar y funcionar. Durante la primera prueba de este semirremolque, este pudo circular durante horas por la Universidad de Stony Brook. tras una parada para repostar de apenas ocho minutos. La energía eléctrica total almacenada por el propulsor de esta cabeza de camión fue de 900 kWh.
Ocho minutos para repostar
En el siguiente vídeo se puede ver cómo rueda este camión impulsado por amoníaco, «un combustible óptimo para lograr una rápida descarbonización del transporte pesado -explica Seonghoon Woo, director ejecutivo de Amogy- que ya está a disposición en todo el mundo». Este gran proyecto llega después de esta empresa haya conseguido hacer funcionar con amoníaco un dron y un tractor con éxito.
Una de las ventajas del amoníaco, al contrario que el hidrógeno, es que no necesita que se desarrolle ningún tipo de infraestructura específica ni para su transporte ni para su almacenamiento. Una vez creada y perfeccionada la tecnología para convertir el material en energía, podría convertirse en la gran alternativa a los combustibles fósiles.
Una de las pegas del hidrógeno o, mejor dicho, de los vehículos de pila dr hidrógeno, es la dificultad a la que se está enfrentando la industria para almacenar y transportar este material que, de no ser por estos problemas, sí sería una opción real y ya disponible para impulsar los vehículos a motor.
Source: Coches