La primera generación del 208, que se lanzó en el año 2012, fue mucho más que que el sustituto del 207. Su interior contaba con un nuevo concepto para el puesto de conducción cuyo diseño respondía, con la lógica adaptación a la serie, a lo visto en el prototipo Peugeot SR1 dos años antes.
Las líneas maestras del i-Cockpit se resumen en el más pequeño tamaño del volante, que se traduce en mayor comodidad a la hora de maniobrar; el cuadro de instrumentos elevado, que lo deja mucho más cerca de la línea visual; y una pantalla multimedia de alta definición también en posición alta y muy al alcance del conductor, como el resto de mandos importantes del coche.
Así nació, y desde entonces ha tenido defensores y detractores, pero se ha ido imponiendo en todos los modelos y ha evolucionado con el devenir de la propia tecnología.
Entre los avances de este ergonómico puesto de conducción cabe citar soluciones como las “Toggle Switch” del 3008 de 2016, unas originales teclas para acceder a funciones del coche sin pasar por los menús del sistema multimedia, o el cuadro de instrumentos totalmente digital que trajo ese mismo modelo. Con la última generación del 208, este elemento empezó a presentar la información en tres dimensiones, y con la llegada de los modelos híbridos y eléctricos de Peugeot también aparece la información útil relativa al funcionamiento de estos sistemas.
La evolución del i-Cockpit también ha afectado a elementos como la palanca de cambios automática, un mando corto y ergonómico denominado Shift and Park by Wire, el cual está dando paso a un selector sin palanca, como se ha podido ver en los nuevos 308 y 408.
Como es lógico, los últimos modelos lanzados han llevado el i-Cockpit a su máximo nivel, con un conjunto digital que une el cuadro de instrumentos personalizable de 12,3 pulgadas con el sistema multimedia con pantalla HD táctil capacitiva de 10 pulgadas. Desde dichas pantallas se ejerce un absoluto control de todas la funcionalidades del vehículo, y ahora se apoyan en unas teclas digitales, «i-toggles», también configurables, que funcionan como “atajos” a los recursos de mayor uso por parte del conductor.
Junto a ello, también destaca la integración con los más modernos smartphones, que ahora se pueden conectar y cargar de manera inalámbrica, o la evolución del sistema de reconocimiento vocal en lenguaje natural, que se ejecuta con solo decir “Ok Peugeot”.
Pero no todo es hardware y software, el i-Cockpit también se significa por el diseño y la calidad mejorada de los materiales, por el estudio preciso de los reglajes de los asientos, por el tamaño y funcionamiento de las levas del volante o la inteligente disposición de los aireadores del sistema de climatización.
Source: Coches