La marca bávara ha celebrado este año el 50 aniversario de la división deportiva M con diferentes propuestas, a cada cual más sugerente. Pero dentro de este “espectáculo pirotécnico” faltaba la gran «traca final» para delirio de sus clientes más exigentes que, no dudamos, harán lo necesario por adquirir una de las 50 unidades que se van a producir en todo el planeta del nuevo 3.0 CSL.
No es un deportivo al uso. Es un coche de “autor”, una moderna revisión del modelo creado por BMW en los años 70 del siglo pasado, con una definición estética cargada de pinceladas específicas, tanto en logos como en colores. El conjunto se ha desarrollado sobre la base del actual M4 Competition, con lo que todo queda dicho en cuanto a capacidad dinámica.
En el CSL hay todo tipo de aditamentos aerodinámicos. La tapa del maletero, el capó o los faldones son de carbono, y también luce unos gigantescos pasos de rueda, dos salidas dobles de escape y un alerón posterior que quita el hipo por su definición y tamaño.
Con unas llantas doradas, forjadas e hiperventiladas, de 20 pulgadas en el tren delantero y de 21 en el trasero, el deportivo germano no va a dejar indiferente a nadie se mire por donde se mire.
Biplaza con 560 CV
De puertas hacia adentro, BMW no ha escatimado nada: asientos aligerados tipo bacquet, en carbono y revestidos en Alcantara, ausencia de banqueta posterior y fibra de carbono en otras zonas para reducir el peso.
Como no podía ser de otra forma, el motor de seis cilindros que monta este BMW toca el cielo con las manos y anota 560 caballos y un par motor de 550 Nm, convirtiéndose así en el más potente con esta arquitectura en la historia en la marca.
Para no desvirtuar su condición de coche exuberante, el cambio es manual de seis marchas, pero se añade un autoblocante trasero activo que se combina con el control dinámico de estabilidad, que es desconectable.
Que todo sea por ofrecer las máximas sensaciones al volante y poder elegir entre diez modos de conducción para el tarado del control de tracción. La amortiguación, por supuesto, está regulada electrónicamente y los frenos alcanzan la máxima expresión al ser de carbono.
La reedición del 3.0 CSL la verdad es que es todo un espectáculo, un coche de colección del que la marca aún no ha revelado el precio.
Source: Coches