La llegada del otoño y, posteriormente, del invierno, acorta las horas de luz diarias, lo que hace que el sistema del alumbrado del coche sea mucho más importante que de normal y, por lo tanto, nos obligue a cuidar mucho más de los faros de nuestro vehículo.
Además de revisar que todas las luces funcionen a la perfección y que no haya ninguna fundida, es importante mantener los plásticos protectores limpios, ya que así dejarán pasar mucho mejor el haz de luz. Por lo tanto, cada vez que limpiemos el coche habrá que recordar darles una pasada.
Lo primer es siempre rociarlos con agua, no con mucha presión, para eliminar polvo, tierra o arena que pueda rayar la superficie del faro. Después, habrá que enjabonarlos con un jabón suave y neutro, apto para nuestro vehículo, y eliminarlo frotando con un paño suave. Lo más indicado es que sea de microfibra y nunca hay que utilizar estropajos o materiales muy agresivos.
Para pulir los faros
Si nuestros faros están algo gastados o deteriorados, se pueden usar trucos caseros para recuperar su estado original. Es aquí donde entra en juego la conocida pasta dientes. Una vez que el plástico esté limpio y libre de partículas que pueda arañar la superficie, aplicamos pasta dientes en un trapo suave limpio y la frotamos por todo el faro. Aclaramos bien, secamos y ¡listo!
También se pueden utilizar otros productos, como una mezcla de bicarbonato y vinagre. Cuando, al mezclarlos, haga espuma, la aplicaremos por todo el faro y dejaremos actuar unos minutos. Después, aclararemos esta pasta abundantemente. Hay que prestar especial atención en este paso: si quedan restos de bicarbonato el plástico del faro podría estropearse.
Source: Coches