Ponerse al volante de un Mini es muy placentero, porque es un coche que te agudiza los sentidos. Sientes el tacto endurecido de la dirección, sientes la aceleración, sientes la carretera… y si es descapotable, como es nuestro caso en esta ocasión, sientes el aire y el contacto total con el entorno.
Estos primeros días de otoño nos ha regalado en Madrid, además, un tiempo ideal para probar el Mini Cooper S Cabrio, con una temperatura perfecta para no pasar frío y disfrutar de las vitaminas que aporta el sol.
El primer vistazo al coche, actualizado en la primavera del año pasado, no deja indiferente. Su línea redondeada y robusta, su color, las llantas y todos los detalles enganchan. Destaca, claro, el nuevo frontal, provisto de un marco negro que rodea la parrilla y contrasta con el color de la carrocería. También lo hace el sólido techo de lona decorado (opcionalmente) con el diseño de la bandera británica, un homenaje al origen de la marca (ahora perteneciente a BMW), igual que los LED traseros, cuyos trazos dibujan también la forma de la “Union Jack”.
Como vimos recientemente en la prueba del Mini convencional, el interior es exquisito y también está lleno de bonitos detalles. Llaman la atención los mandos “tipo avión”, el nuevo cuadro digital de 5 pulgadas y la gran esfera central con marco iluminado que acoge el completísimo sistema multimedia con pantalla de 8,8 pulgadas.
En la parte superior, encima del retrovisor central, se ubica el mando cromado que abre y cierra la capota. El proceso, que tan solo dura 18 segundos y se puede hacer en movimiento por debajo de los 30 km/h, tiene dos fases: primero se desliza 40 cm, por si no queremos quitar el techo del todo y disfrutar del aire de forma moderada, y después ya se produce el plegado total, incluyendo la apertura de las ventanas.
Con el techo perfectamente plegado, la silueta del Mini es aún más atractiva. Las plazas delanteras son amplias, y las dos traseras son algo angostas. El confort de los ocupantes aquí depende de su altura y complexión, como también de la posición de los asientos delanteros, pero desde luego son operativas.
La gran limitación de este modelo está en el maletero, cuya capacidad va de los 160 a los 215 litros dependiendo del plegado del techo. Da para maletas o mochilas pequeñas, pero si se plantean unas vacaciones largas y si solo viajan dos personas, no queda más remedio abatir los asientos traseros, lo cual se hace fácilmente desde unos tiradores situados en el maletero.
Motor muy potente
El Mini Cabrio S es la segunda de las tres opciones mecánicas disponibles en términos de potencia, todas con cambio automático de doble embrague y 7 velocidades. El motor es un cuatro cilindros gasolina de 2 litros de cubicaje que desarrolla nada menos que 178 caballos (frente a los 136 CV del Cooper y los 231 CV del muy deportivo John Cooper Works). Las prestaciones son sorprendentes, ya que según las cifras homologadas acelera hasta los 100 km/h desde parado en algo menos de 7 segundos y alcanza los 230 km/h de velocidad punta.
Este Mini descapotable se conduce y maneja como cualquier otro. En ciudad se disfruta de su agilidad y de las ventajas de su contenido tamaño, y fuera de ella de su bajo centro de gravedad, de la firmeza y aplomo de la suspensión y de una dirección muy directa que guía al coche con total precisión.
Aunque tiene varias capas y se ha trabajado en el aislamiento, el techo de este descapotable no es comparable con uno convencional, lógicamente, pero a velocidades legales no se notan excesivos ruidos aerodinámicos.
Con el techo desplegado, eso sí, todas las sensaciones se multiplican. El motor tiene potencia y par a raudales, y su delicioso sonido contribuye a que la experiencia de conducir sea del todo gratificante. El cambio automático responde a la perfección, sobre todo en modo Sport, y se puede manejar también de forma manual mediante la pequeña palanca o las levas situadas en el volante. También inciden en la respuesta del coche los perfiles de conducción, desde el más contenido y económico Green, pasando por el equilibrado Mid y terminando con el reactivo y contundente Sport.
Además, el consumo de combustible es bastante aquilatado. Tras un test de más de 400 km hemos obtenido un gasto medio de solo 6,6 litros a los 100 km, cifra que no está lejos de los 6,2 homologados por la marca para esta versión.
Para público de alto nivel adquisitivo
No hay muchos coches en el mercado que ofrezcan tan alto grado de distinción como este Mini Cooper Cabrio S. No olvidemos es un utilitario premium de gran potencia y prestaciones, y como tal no se sitúa al alcance de cualquiera con sus 38.200 euros de partida. Además, por sus características y limitaciones (fundamentalmente de maletero) es más razonable plantearlo como segundo coche, lo que lo dirige claramente a un público de alto poder adquisitivo.
Dicho esto, con el nivel básico de equipamiento, Essential, esta versión del Mini ofrece de serie elementos interesantes como las luces LED, llantas de 16 pulgadas, la pantalla táctil multimedia, el cuadro digital, el control de crucero o el aire acondiconado, pero limita mucho la parte decorativa.
La unidad de prueba se combina con la línea Classic, que cuesta 2.100 euros más pero aumenta la gama de colores –en este caso el llamativo amarillo “Zesty”–, las llantas pasan a ser de 17 pulgadas y en dos tonos, y la tapicería combina tela y cuero con diferentes diseños. La capota con la bandera británica supone un sobreprecio de 900 euros.
En la parte funcional, este Mini incluye el paquete Premium con climatizador, luz ambiental, integración para smartphones, calefacción en los asientos delanteros, modos de conducción y un amplio surtido de servicios conectados, entre otros elementos.
FICHA TÉCNICA
Motor: gasolina.
Potencia (kW/CV): 131/178.
Cambio: automático, de 7 velocidades.
Largo (mm): 3.876.
Ancho (mm): 1.727.
Alto (mm): 1.415.
Maletero (litros): 160-215.
Velocidad máxima (km/h): 230.
De 0 a 100 km/h (seg.): 6,9.
Consumo medio (l/100 km): 6,2.
Emisiones CO2 (gr/km): 131.
Precio (euros): desde 38.200 euros.
Source: Coches