Las piezas de desguace son un gran recurso para aquellos propietarios que deben enfrentarse a una cara reparación por algún tipo de avería en el coche. Desde retrovisores hasta piezas más importantes como la caja de cambios, la diferencia de precio entre los componentes nuevos y los usados es abismal, llegando a costar estas últimas hasta más de la mitad de precio.
El uso de las piezas de desguace es solo una pequeña parte de lo que representaría la economía circular a efectos de reaprovechamiento de un vehículo al final de su vida útil. Según la empresa Recomotor, hasta el 95% de las partes de un automóvil podrían recuperarse y reciclarse no solo para el ámbito de los recambios, sino para la industria automovilística o incluso para otros fines terceros.
Esta empresa está especializada en recuperar piezas de coches a través de una red de desguaces para, después, proporcionarlas a talleres. Ellos mismos estiman un crecimiento del 30% en la demanda de los recambios de segunda mano o las piezas de desguace. Con estas previsiones y si la tendencia continua al alza, se espera que de cara al 2040 se vendan más piezas de desguace que nuevas.
2035, año del cambio
La principal razón se apoya en la prohibición de producción vehículos de combustión a partir del 2035. Se prevé que esta situación provoque un encarecimiento de los precios del coche eléctrico y una subida en la edad media del parque automovilístico español, lo que inevitablemente generará una necesidad de piezas reutilizadas.
Y es que, a pesar de reconocer que el coche eléctrico es el vehículo del futuro, el cofundador de Recamotor Jan Amat ha apuntado que quedan varios años para que se den «las condiciones ideales» para su uso, como la creación de una extensa red de recarga o un aumento en la autonomía de las baterías.
Además, el reciclaje de los vehículos y el reaprovechamiento de sus componentes, en la medida que sea posible, será una de las vías para conseguir los objetivos medioambientales y de reducción de emisiones. Si se consigue reutilizar el 95% de un coche usado, se reducirán enormemente las cantidades de materiales utilizados en la industria, así como los gases y emisiones derivados de la fabricación de nuevas piezas.
«Los Gobiernos y los consumidores empiezan a presionar a las empresas para que modifiquen sus formas de trabajo, cultura y productos», ha reconocido Amat, que vaticina que esta tendencia tendrá implicaciones en «una industria que tiene que intensificar sus esfuerzos en pro de la sostenibilidad».
Source: Coches