El Skoda Enyaq iV es un SUV de casi 4,7 metros de longitud que, en un uso familiar y doméstico, sirve prácticamente para todo. Su gama mecánica es cien por cien eléctrica y por tanto sin emisiones, y entre sus versiones existe una variante deportiva RS con 220 kW de potencia (el equivalente a 300 caballos) que sorprende por sus excelentes capacidades dinámicas.
La marca checa ha querido conocer sus límites, y para ello desplazó a un equipo especialista al lago helado de Stortjärnen, en Suecia, con el objeto de batir el récord Guinness de derrape continuo sobre hielo, además con un coche eléctrico.
Al volante del Enyaq RS iV se puso el periodista británico especializado Richard Meaden, que estuvo ensayando durante 18 horas y cinco días para que el equipo allí desplazado consiguiera la puesta a punto perfecta. El coche, totalmente de serie, iba eso sí “calzado” con unos neumáticos específicos de 20 pulgadas, unos Michelin delante con 600 tacos de 5 milímetros y unos Nokian Hakkapelitta detrás con 300 tacos de 2 mm, lo que demostró ser la combinación ideal para acometer el enorme derrape sobre una superficie helada de 40 cm de espesor y una pista de 188 metros de circunferencia.
El anterior récord estaba en 6,231 km, y Meaden tuvo la pericia de alargar la distancia hasta los 7,351 km, es decir, que completó 39 vueltas en 15 minutos y 58 segundos, con una velocidad mínima de 31,6 km/h y una máxima de 48,6.
Al batir el récord de derrape continuo más largo sobre hielo, verificado por los jueces del Libro Guinness, automáticamente sumó el de igual hito con un coche eléctrico, de modo que son dos los récords establecidos por Skoda y el Enyaq y que quedarán en sus páginas hasta que alguien lo intente de nuevo.
Source: Coches
